Cada vez que los adversarios políticos de Juan Vivas dicen que
éste tiene decidido dejar la alcaldía, transcurrido un tiempo, deberían
darse cuenta de que, con semejante denuncia, no hacen sino dar por
sentada la victoria del candidato popular en las próximas elecciones. Lo
cual no les beneficia. Y si acaso nuestro alcalde hubiera dejado
entrever algo al respecto, sería absurdo creer que lo vaya a propalar
antes de que las urnas se llenen de votos favorables a su partido.
El
político tiene la autoridad que deriva de los votos. Y los votos,
aunque en las próximas elecciones las encuestas auguran que no serán
tantos como en anteriores ocasiones, a nadie se le escapa que serán
suficientes para que Juan Vivas gobierne sin tener que someterse a las directrices de la coalición Caballas. Por poner un ejemplo.
A mí me da en las pituitarias que Juan Vivas no cogerá las de Villadiego
antes de cumplir sus deberes durante cuatro años. Lo contrario sería
ganarse el derecho a que la historia dijera de él que se había dado el
piro sin decir ni adiós y saliendo a escondidas por el garaje del
edificio municipal. Amén de ganarse la reprobación de los ceutíes que
han venido confiando en él.
A propósito, alguien me
preguntó anteayer, durante la presentación de los candidatos del PP, si
los elegidos por el partido, mediante la aprobación de nuestro alcalde,
son personas válidas para ejercer los cometidos que les sean asignados.
Y respondí de esta guisa: Vivas, por muy inteligente que sea, no
creo que sepa de todo. Por consiguiente, entre los candidatos elegidos
habrá especialistas en distintas materias.
Volviendo al
acto celebrado en la planta quinta del Tryp, el jueves pasado, debo
confesar que hay algo que me sigue causando sorpresa y es de qué manera
nuestro alcalde se ha ganado la devoción de tantísimas mujeres. Las que
suelen acudir con prisas a su llamada. Nuestro alcalde, además, tiene el
beneplácito de muchas féminas que inciensan en su honor. ¿Por qué será?
Mi
pregunta fue respondida por alguien, que dijo conocer bien a nuestro
alcalde: "Porque éste es astuto, muñidor y perseverante". Y, claro, le
dije que su aseveración no tenía nada que ver con ese tirón que tiene Vivas entre las mujeres. Y que otro día trataré de explicar. Vivas, al margen de lo dicho, actúa como dijo Den Xiaoping en una famosa frase: Hay que cruzar el río tanteando las piedras. Para llegar a la orilla. Por ello, y perdonen mi insistencia, no creo que nuestro alcalde tenga proyectado abandonar su cargo antes de tiempo.